Era Yo, aquella chica que sonreía como idiota frente a él...
La que iba de su brazo,
con la seguridad de que el encanto no sé acabaría a las 12 de la noche.
Era Yo, la que lo había esperado por meses y ahora me encontraba allí,
a un paso de su piel, tratando de que se quedara a mi lado...
(...)
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